Jueves, 25 de Abril 2024

La fiebre del fitness llega a las mujeres de Bangladesh

El éxito de la fisicoculturista Awhona Rahman inspira a cada vez más mujeres a ir al gimnasio pese a los tabúes que permanecen en el país

Por: EFE

El éxito de Awhona Rahman, la primera ganadora de un concurso de culturismo femenino en Bangladesh, desató la fiebre del fitness entre mujeres que buscan una vida saludable, pese al tabú que supone en este país de mayoría musulmana.

Awhona venció en 2019 a otras 29 competidoras que exhibieron sus músculos vestidas de pies a cabeza con mallas ajustadas, lo que atrajo la atención de los medios de comunicación por ser el primer concurso de este tipo en una sociedad profundamente conservadora.

El triunfo de la joven campeona, convertida ahora en una de las entrenadoras del gimnasio Ryhan Fitness, propiedad de su hermano Rayhanur Rahman, abrió la puerta a otras mujeres que cada vez más quieren explorar el mundo del cuidado físico.

Este gimnasio, junto al templo hindú Dhakeshwari en Dacca, experimentó un aumento en el número de visitantes y miembros femeninos a principios de 2020 después de que las imágenes de Awhona inundaron los medios bangladesíes.

Ahora unas 20 mujeres sudan en las cintas de correr, bicicletas estáticas, y levantan mancuernas entre las doce y las cuatro de la tarde, las horas reservadas para ellas, cuando no se permite la entrada a ningún visitante masculino.

EFE/M. Alam

LA VIDA SALUDABLE

Más allá del cuidado de la apariencia, la apertura de los gimnasios proporcionó un espacio para que las mujeres pudieran mejorar su calidad de vida, como Misti Akter, madre de dos hijos, que mientras luchaba con un problema de tiroides subía de peso y se agotaba con facilidad.

"Desde que comencé a entrenar aquí, hace más de un año, me siento mejor. Mi peso bajó de 74 a 57 kilogramos y mi nivel de tiroides también es normal"

En 2020, siguiendo el consejo de su médico, Akter, de 24 años, comenzó a visitar el Ryhan Fitness, en el casco antiguo de la ajetreada capital de Bangladesh, para entrenar dos horas al día.

"Desde que comencé a entrenar aquí, hace más de un año, me siento mejor. Mi peso bajó de 74 a 57 kilogramos y mi nivel de tiroides también es normal", cuenta Akter, vestida con un burka en la recepción del gimnasio.

Cuando la entrenadora personal Drawin Nodi comenzó a trabajar en este gimnasio apenas había algunas miembros mujeres y la mayoría de ellas pasaba el tiempo en las instalaciones sin saber qué hacer.

"Las pocas miembros que teníamos aquí inicialmente tenían sobrepeso. Algunas vinieron por consejo del médico porque no podían concebir. Después de venir aquí comenzamos a celebrar sus embarazos", recuerda.

EFE/M. Alam

EL CULTURISMO FEMENINO

La competición que puso el culturismo femenino y el trabajo físico de Awhona en el punto de mira de la sociedad bangladesí, se tuvo que adaptar a los cánones del país. Los organizadores optaron por mallas en vez de bikinis, atuendos habituales de este tipo de certámenes, para evitar la ira de los más conservadores.

"Hoy en día, el fitness es una industria. Pero aunque tenemos cientos de gimnasios en el país, las mujeres tienen pocos lugares a donde ir"

La idea de realizar un concurso de culturismo para mujeres surgió de un esfuerzo por crear conciencia sobre la salud y el estado físico.

Awhona cree que ese evento ha comenzado lentamente a dar frutos a medida que cada vez más chicas se interesan por el culturismo y alientan a otras a venir a los gimnasios para el cuidado personal.

"Hoy en día, el fitness es una industria. Pero aunque tenemos cientos de gimnasios en el país, las mujeres tienen pocos lugares a donde ir", afirma.

EFE/M. Alam

Lamentablemente, el país no tiene muchas referencias de mujeres en el culturismo, porque "si tuviéramos suficientes instructoras y mujeres influyentes del fitness, muchas mujeres se animarían a ir al gimnasio y tener una vida saludable", opinó.

El propietario de Ryhan Fitness, Ryhanur, un ex campeón nacional de culturismo, piensa que lo que detiene a las mujeres del ejercicio físico es la misma sociedad, pero aún así ve en esta práctica pequeños espacios de libertad.

"No creo que este tabú desaparezca nunca porque somos un país musulmán. Pero tenemos que trabajar para encontrar una manera de hacer que las mujeres aquí sean libres", concluyó.

JM

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