Miércoles, 24 de Abril 2024

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Promesa cumplida

Por: Jaime García Elías

Promesa cumplida

Promesa cumplida

Es probable que en los seis programas aún pendientes de la Tercera Temporada 2021 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco haya grano y no solamente paja; el cuarto, por ejemplo, con obras de Beethoven y Schubert; o el séptimo, con la bellísima Sinfonía en Do, de Bizet.

En tanto, en lo que se sabe si son peras o son manzanas, el segundo, ofrecido el jueves en el Teatro Degollado (con una audiencia entusiasta que desdeñó los cánones al aplaudir entre los movimientos de las obras ofrecidas) y a repetirse hoy domingo, cumplió la promesa de que sería, quizás, el mejor del ciclo, aunque no incluyera un concierto propiamente dicho, con la presencia de un solista invitado, pero sí tres obras consagradas en todos los repertorios.

Abrió con la Obertura “Fidelio”, de Beethoven. De ella se dijo en su estreno que “Nadie nunca ha escuchado una música tan incoherente, ostentosa, caótica e inquietante para el oído; las modulaciones más bruscas aparecen en una secuencia verdaderamente repulsiva, y algunas ideas menores, lejos de cualquier toque sublime, completan la impresión totalmente desagradable” (la nota crítica en Der Freimuthige)... pero también (Edgar Istell) que “en términos de humor, atmósfera y espíritu, esta música resume espléndidamente la secuencia dramática que transmite opresión, resolución, esperanza y liberación alegre; es la esencia misma, no solo de la ópera sino también del gesto heroico de la música que asociamos al nombre de Beethoven”.

En la parte central del programa estuvo la Sinfonía No. 8 (“Inconclusa”), de Schubert. Calificada como “una obra pesimista y cálida al mismo tiempo”, en la lectura de Jesús Medina Villarreal, director artístico de la OFJ, predominó la parte cálida en detrimento de los pasajes sombríos -aunque no por ello menos bellos- de la partitura.

La velada culminó con la Sinfonía No. 5 (“Reforma”), de Mendelssohn. Concebida por su autor como homenaje a Martín Lutero y para celebrar el triunfo del protestantismo, sobrevivió -felizmente- al deseo del propio Mendelssohn de que “debía ser quemada” por tratarse de una obra “juvenil”. A diferencia de lo ocurrido en el programa precedente (con Mozart y Brahms en el programa), esta vez hubo una mejor administración de dinámicas por parte del ensamble, para lo que es propicia una partitura abundante en matices contrastantes.
El programa, como de costumbre, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en la misma sala.

jagelias@gmail.com

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