Sábado, 27 de Abril 2024

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Alberto Lamas: rompecabezas para armar

Por: Jonathan Lomelí

Alberto Lamas: rompecabezas para armar

Alberto Lamas: rompecabezas para armar

Alberto Lamas, el superpoderoso Jefe de Gabinete en la gestión de Aristóteles Sandoval, no tenía computadora ni oficina fija. Trabajaba sólo con su celular en restaurantes, fincas y departamentos en zonas exclusivas de la ciudad. 

Eso lo define entero: publirrelacionista, amo del embeleso y operador político. Sólo necesitaba un celular para hacer llamadas y negociar en privado o en un restaurante con las mejores viandas y vinos. Ese fue Lamas, arrestado el jueves por un presunto desvío millonario. 

Solía repetir una frase: “Comunicar es gobernar y gobernar es comunicar”. De ahí que se le vincula con el lobbying para torcer las líneas editoriales en medios. (Nunca imaginamos que los límites de ese cabildeo -criticado y visto en su momento con recelo- alcanzaría niveles gangsteriles con el alfarismo). 

Su detención a tres semanas del arranque de las campañas electorales tiene trasfondo político. No perdamos de vista que Gerardo de la Cruz, fiscal anticorrupción estatal, ha coqueteado todo el sexenio con las prioridades anticorrupción dictadas desde Casa Jalisco.      

Como Jefe de Gabinete, Lamas decidía la pauta en medios de comunicación. De ese periodo data, trascendió, la acusación por la que fue arrestado: un desvío de 58 mdp en gastos de comunicación de la Comisión Estatal del Agua (CEA).  

La misma carpeta de investigación por la que pasó medio año en prisión el ex director de la CEA, Felipe Tito Lugo, hoy bajo arresto domiciliario. Éste habría inculpado a Lamas bajo el criterio de oportunidad que consiste en acusar a un tercero por un delito más grave para librar la acción penal. 

De esto se deriva que Lamas enfrenta otra acusación mayor por el desvío de 150 millones de pesos. 

¿Por qué ahora la detención? Desde junio pasado Lamas se amparó contra un arresto pero fue sobreseído por la inexistencia de una investigación contra él.  Sabía que lo rondaban. 

Tras su detención, morenistas y emecistas se deslindaron de Lamas. Pero me confirman que tuvo acercamientos para apoyar a Pablo Lemus (incluso lo alardeaba). Al mismo tiempo, algunos de sus ex colaboradores se sumaron a la campaña de Claudia Delgadillo. 

Lamas empezaba a mover sus hilos para volver a la política. Parece que con esto rompió un tácito “exilio” voluntario. Alfaro jamás le perdonó el envío de drones a su domicilio en la campaña de 2015 por Guadalajara. En esa contienda Lamas jugó rudo y sucio.

Todos estos factores, aunados a los guiños políticos del ex Jefe de Gabinete -es un “vendedor de futuro”, así me lo describieron- explicarían su detención ahora. 

Sin embargo, hay otra lectura más dúctil. Ésta adquirió sentido el viernes, un día después de la detención de Lamas. El Congreso local frenó de última hora el dictamen para garantizar un presupuesto constitucional a la UdeG. El rector Ricardo Villanueva prendió una vela simbólica para presionar a los diputados. 

Si esta reforma se atora, le da incentivos a Villanueva para enlistarse todavía como candidato de Morena para Guadalajara a más tardar el tres de marzo. Pocos lo han hecho notar pero la investigación a Lamas pone en la mira al rector. 

A principios del año pasado, en los momentos de mayor rispidez entre Alfaro y el Grupo Universidad, Villanueva aseguró que la fiscalía le había ofrecido inmunidad a Felipe Tito Lugo “a cambio de declarar mentiras” en su contra para encarcelarlo. Recordemos que la indagatoria judicial data de cuando él era el titular de la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas (Sepaf).  

Todo hace sentido. Lugo inculpó a Lamas pero pudo ser Villanueva.  Con esta espada de Damocles, el gobernador podría incumplir su palabra -la traición es su dividendo oficial- para mantener a raya la candidatura de Villanueva sin conceder la autonomía financiera a la UdeG y así castigar la aventura morenista de los universitarios. 

Una tercera versión apunta a un simple desaseo administrativo del ex vocero de la CEA, Óscar Soltero Razo, al no comprobar los gastos en materia de comunicación, omisión convertida ahora en un botín político a la medida de los deseos del gobernador. 
En los próximos días empezará a quedar más claro el rompecabezas para armar de esta detención.

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