En la encuesta realizada por la Presidencia de la República, citada ayer en el Informe conmemorativo de la victoria electoral de la actual administración, el 72% de los entrevistados anticipó que, en el ejercicio de revocación de mandato programado para marzo del año próximo, votaría porque el Presidente López Obrador continúe en su cargo hasta 2024, como estaba previsto originalmente; solo un 22.7% (menos de la tercera parte) se pronunciaría por su renuncia.Por supuesto, vale la premisa del crédito que merece la palabra del Presidente: si él lo dice, debe ser cierto... Habrían mentido, por tanto, “otras encuestas”; verbigracia, la de “El Financiero” (difundida el 8 de junio pasado), según la cual “46 por ciento de los entrevistados dijo que habría votado por remover al mandatario” si el día 6 se hubiera planteado ese tema; “49 por ciento expresó que habrían votado por mantener a López Obrador como Presidente; el 5% restante dijo no saber cómo habrían votado”.-II-Hubiera sido interesante que en la misma encuesta de la Presidencia -de la que, por cierto, no se puntualizó la empresa que la realizó ni la metodología empleada- se hubiera preguntado asimismo si los ciudadanos encuestados, a ocho meses de distancia, piensan participar en ese ejercicio.La pregunta es importante porque el proceso, para ser válido, debe contar con la participación de 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal del INE. Si en esa lista hubo 93 millones 528 mil 473 personas, para que el resultado de la consulta sea vinculatorio -es decir, de cumplimiento forzoso-, en el ejercicio deberían participar cerca de 37 millones y medio de votantes. Y aunque hay el antecedente de que en la elección intermedia del mes pasado participaron alrededor de 42 millones de ciudadanos (el 52% de los potenciales electores), sería aventurado garantizar una participación similar en la consulta referida.-III-Es probable que, por puro sentido práctico, al considerar que, de decidirse la salida anticipada del actual Presidente, la Presidencia del Congreso de la Unión asumiría de manera interina el mandato, y dentro de los 30 días siguientes el Poder Legislativo debería nombrar al Presidente que gobernaría hasta el 30 de septiembre de 2024, un porcentaje significativo de los ciudadanos -a la voz de “mejor malo por conocido que bueno por conocer”- prefiriera dejar las cosas en su actual estado.Después de todo, siempre habrá el riesgo de que salga peor el remedio que la enfermedad…jagelias@gmail.com
