Jueves, 28 de Marzo 2024

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- Oprobio

Por: Jaime García Elías

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El diagnóstico es correcto: el fenómeno migratorio de América Latina hacia los Estados Unidos no debe resolverse -como dijo el Presidente López Obrador ayer en Oaxaca- “con la aplicación de medidas de contención” (como el cierre de fronteras impuesto por las autoridades estadounidenses), “y menos de carácter coercitivo” (como las aplicadas recientemente, en México, por agentes de la Guardia Nacional).

La clave está en encontrar y aplicar el tratamiento adecuado...

-II-

López Obrador, en carta a su homólogo estadounidense Joseph Biden, ofrece “asesoría, experiencia y trabajo (?)” para aplicar en Honduras, El Salvador y Guatemala -los principales expulsores de migrantes centroamericanos- el modelo de su Gobierno para Chiapas, donde 80 mil trabajadores se dedican a plantar árboles frutales y maderables en 200 mil hectáreas, y, además, “se da trabajo como aprendices a 30 mil jóvenes (...) para capacitarse en talleres, empresas y otras actividades productivas”.

Convendría cuestionar, de entrada, si México, líder mundial en la expulsión de migrantes hacia Estados Unidos, tiene autoridad moral para proponer soluciones a ese problema. Según datos de la ONU, de 2019, de 57 millones de latinoamericanos residentes en Estados Unidos, 11.5 millones son mexicanos (además de 26.2 millones de mexicanos de segunda o tercera generación; es decir, descendientes de mexicanos, aunque nacidos en Estados Unidos), por casi millón y medio de salvadoreños, un millón 300 mil cubanos, más de un millón de guatemaltecos, 750 mil haitianos y 650 mil hondureños.

Quizás el modelo propuesto podría funcionar en los países centroamericanos “cuya naturaleza y cultura -como dice la carta referida- son muy semejantes” a las de Chiapas... pero no se intenta replicar en otras entidades de México, precisamente porque ni la naturaleza ni la cultura lo propician. Prueba de ello, que de Chiapas -según datos del Consejo Nacional de Población (oficiales, pues) del año 2000, válidos para dar una idea del fenómeno- procedían poco más de 800 mil migrantes mexicanos residentes en la unión americana, por casi 900 mil de Michoacán, casi un millón de Guanajuato, más de un millón de Puebla, casi millón y medio de Jalisco, un millón 600 mil de Veracruz, dos millones y medio de la Ciudad de México y casi tres millones del Estado de México.

-III-

Colofón: al parecer, empieza a reconocerse que lo que hace unos días, en el III Informe presidencial, se cacareaba como un logro -el liderazgo en remesas enviadas desde Estados Unidos por mexicanos que no encontraron trabajo en su país-, es, bien visto, un oprobio.

jagelias@gmail.com

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