Entradas: Cochinita Pibil y Tamales Prehispánicos.Platos Principales: Birria y Pollo en Mole Verde.Postres: Pastel de Tres Leches y Pay de queso con chongos zamoranos.Bebidas: Tequila de Chocolate y Mezcal.Este banquete, el preferido de Fher de Maná cada vez que viene a Chicago, lleva el sello de Atzimba Pérez, la chef mexicana más querida de la “Ciudad de los Vientos”.Alcanza con hablar con ella un par de horas para deslumbrarse con su historia de vida y conocer su lucha contra los paradigmas de la alta cocina, un mundo de hombres que tuvo que darle un espacio gracias a su talento y originalidad.Emociona escucharla sobre su decisión de emprender y de vivir de lo que ama. Ella es la protagonista de otro sueño americano que merece “saborearse” en estas páginas.Michoacán en la sangreHace casi 5 décadas, mientras de niña corría por los caminos de tierra de Ciudad Hidalgo, Michoacán, comenzó a forjarse su historia en la cocina de doña “Sol” (su mamá, Soledad Villegas) y en el rancho de sus tías.Sus ojos se llenan de lágrimas de emoción cuando recuerda a su papá, don José Guadalupe Pérez Sandoval, de quien heredó los secretos para hacer las mejores carnitas del mundo (le decían “El Pillo”, su apodo como boxeador; cuentan que a él lo llamaba el poderosísimo Presidente Lázaro Cárdenas, para que le sirviera sus famosas carnitas tanto en la residencia oficial de Los Pinos como en su rancho de Michoacán).Hoy, casi 30 años después de llegar a Chicago, todavía recuerda con cariño a Teresita, la maestra de secundaria en su pueblo que le fomentaba su pasión en el taller de cocina. Atzimba ríe al recordar que su maestra se enojaba cuando ella le cambiaba las recetas.Siempre entendió el valor de estudiar, de aprender, de ir por más. Su experiencia en la cocina familiar no le alcanzaba. Ella quería un título universitario. Por eso hizo un gran sacrificio y estudió “Hotelería y Gastronomía” en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica” de Morelia.Pagó gran parte de sus estudios con las ventas de tamales y su famoso pay de queso en la cafetería de la escuela. Tan famosa se hizo con sus pasteles que, dos semanas después de graduarse, abrió una pastelería en la ciudad. Y un año después abrió una segunda sucursal.Pero emprender en México es algo complejo. Para una mujer soñadora e independiente como Atzimba, el futuro estaba en donde pudiera ser libre, donde la dejaran ser ella misma.Con todo el dolor del mundo, Michoacán tuvo que quedar atrás. En su valija iban sus recetas, sus recuerdos y el propósito de, fuera a donde fuera, llevar el sabor de la cocina de su tierra.Welcome to Chicago!Entrar al Union League Club of Chicago es como entrar al Chicago de Al Capone en 1920. Un lugar donde el silencio y la arquitectura clásica guardan secretos de apellidos ilustres. Todos hombres blancos.Hace más de un cuarto de siglo, en la cocina del Union League Club, Atzimba (que empezó allí como mesera) conoció a un joven llamado Carlos Gaytán, quien años después se convertiría en el primer chef mexicano en obtener una estrella Michelin en Estados Unidos. Desde esa época, en que ambos empezaban de abajo, son buenos amigos.Atzimba sufrió el desarraigo, el racismo y la discriminación, como muchos migrantes. Y sufrió al enfrentarse al sistema por la falta de residencia. Pero nunca se rindió.Emprender con libertad2008 fue un año terrible en su vida. La crisis económica se llevó sus ahorros y su hijo enfermó gravemente. Sintió que su vida necesitaba un cambio y, medio de un panorama desolador, encontró fuerzas para emprender. Dio el paso que necesitaba en su vida.“Yo soy lo que soy gracias al equipo de Cámara de Comercio Hispana de Illinois, que siempre me abrió las puertas para trabajar, para conectarme con una visión de negocios. Allí me enseñaron mucho”, cuenta Atzimba.Con asesoría de la Cámara, en 2011 inició el más grande de sus desafíos, abrir su propia compañía: Atzimba Catering and Events.Ella entendió que necesitaba ir paso a pasito, pero siempre hacia delante. Emprender significa un esfuerzo grande. Pero para ella, eso no es novedad.Atzimba recuerda todo el proceso con mucho cariño y gratitud. Ella siempre reconoce que fue la Cámara quien le ayudó a dar los primeros pasos hacia su negocio propio.Pasión, el ingrediente secreto La tradición prehispánica y el sabor a México aparecen en cada una de sus propuestas.A ella no sólo le gusta preparar y servir la comida. Le encanta contar qué historia hay detrás de cada platillo.Está tan comprometida con la cocina tradicional michoacana que siente la obligación de transmitir su conocimiento a los comensales.Su empresa está presente en bodas, cumpleaños reuniones de hombres de negocios, quinceañeras, eventos en hoteles, en clubes de prestigio y hasta servicio de catering en lujosas casas en los suburbios de Chicago. Desde hace muchos años es la chef en todos los eventos del Consulado de México en Chicago.Ha participado en importantes eventos en el Navy Pier, en el Hotel Sheraton, en el Museo de Arte Mexicano, en el Instituto Cervantes de Chicago y en el mismo Union League Club de Chicago.No para de trabajar. Ha sido responsable por traer a Chicago a los mejores chefs mexicanos, organizando encuentros de cultura y gastronomía que le valieron el reconocimiento de empresarios, cadenas de televisión nacionales y hasta líderes políticos.La misma de ayerAunque ha sido entrevistada múltiples veces en programadas de alto rating de cadenas Univision, Telemundo y ABC, uno de sus grandes orgullos es haber sido protagonista en uno de los seis episodios de la serie “No Passport Required”, de PBS Kids Channel 11. Se trata de un show que celebra la diversidad cultural de Estados Unidos y muestra el trabajo de Atzimba y de su amigo Carlos Gaytán como dos artistas de la cocina mexicana en Chicago.A pesar de su protagonismo en la escena gastronómica de Chicago, sigue conservando la misma sencillez de siempre.Ha aprendido tanto y está tan acostumbrada a luchar que se mete a todas las tareas. Es panadera, pastelera, bartender y hasta mesera. Carga, sube, baja, cocina, corre, sirve, atiende, platica… su energía contagia y enseña a otros emprendedores el valor de no rendirse.Disfruta de apoyar eventos de caridad, particularmente con organizaciones dedicadas a promover un mejor acceso a la salud de los más pobres en la ciudad.En colaboración con la Cámara de Comercio Hispana de Illinois siempre está dispuesta a ayudar a impulsar a nuevos emprendedores.Herencia 100% mexicanaUno escucha su historia y podría decir que su sueño está más que cumplido. Pero eso es no conocerla.Enseñándole cocina mexicana a estudiantes de la Chicago Public School vio como muchos niños y jóvenes latinos están perdiendo el contacto con sus tradiciones.De ahí que su sueño es crear una Fundación para promover la cocina de Michoacán en Chicago. Ella cree que ese será su gran legado a una ciudad que le abrió las puertas como inmigrante, la vio crecer y todavía saborea cada uno de sus platillos.A don José Guadalupe, su padre, le prometió nunca olvidarlo el día que se fue de México. Mes a mes, desde hace muchos años, envía dinero a México para que nada le falte. En Michoacán él está tan orgulloso de ella como cada uno de los que conocen su increíble historia.
