Estas son las razas de perro originarias de México

El Xoloitzcuintle es, por excelencia, el perro asociado a nuestro país y a su cultura, en especial desde su rasgo mitológico e histórico, pues se cuenta que los Xolos eran los encargados de acompañar a los recién fallecidos al Mictlán (inframundo azteca). La compañía del Xolo era fundamental para el recorrido de las almas en la otra vida después de la muerte. 

Según la tradición mexica, fue envíado por Xólotl, el dios del fuego, para servir de compañero en el transcurso de la vida, y como guía en el vacío de la muerte. Es un perro con poco o nada de pelo, de piel oscura y cierto aire misterioso, y tiene la característica de ser protector de quienes ama. 

El chihuahua es, sin dudas, uno de los perros más queridos en el mundo, y además es el más pequeño. Se llama así por el estado de México, en el cual habitaba de modo silvestre, y algunas investigaciones de su origen indican que el chihuahua tiene parentescos con los perros miniatura de China, y que también conserva relación con el zorro fenec, que proviene de África. 

El chihuahua era considerado un compañero espiritual por la cultura tolteca. Es un perro temperamental, conocido por su mal carácter y nerviosismo sin límites, pero es sin dudas un compañero perfecto, lo cual lo convierte en uno de los perros favoritos. 

El calupoh es una de las razas menos conocidas de nuestro país, y no obstante, es la raza más grande a comparación del Xoloitzcuintle y el chihuahua. El calupoh es un híbrido del lobo y el perro, por lo que también se le conoce como perro lobo mexicano. Se han encontrado restos del calupoh entre los vestigios de Teotihuacán, por lo que se presume que lleva entre nosotros cerca de mil 700 años.